viernes, 13 de febrero de 2015

Fifty Shades of Grey (2015)

 

Cuando Anastasia Steele, una estudiante de Literatura de la Universidad de Washington (Seattle), recibe el encargo de entrevistar al popular y joven empresario Christian Grey, un millonario de 27 años, queda impresionada ante su extraordinario atractivo. La inexperta e inocente Ana intenta olvidarlo, pero pronto comprende cuánto le desea. Cuando la pareja, por fin, inicia una apasionada relación, Ana se sorprende por las peculiares prácticas eróticas de Grey, al tiempo que descubre los límites de sus más oscuros deseos.

Dejando a un lado la calidad literaria del producto en el que se basa esta película hay que aceptar que todo lo referente a dicho libro fue un suceso, la novela escrita por E. L. James rápidamente se posicionó en la lista de los best sellers de todas partes del mundo llegando a una serie de lectoras que rápidamente fueron propagando la "historia de amor" de Christian y Anastasia por todos lados como si de un virus se tratase, si bien es cierto que la calidad del libro no le hace honor a todo el revuelo que causó si fue lo suficientemente grande para que Hollywood pusiera sus ojos en ella, colocando a Sam Taylor-Johnson (Nowhere Boy) en la silla del director.

Comparándola con su homónima literaria, Fifty Shades of Grey mejora notablemente la historia en comparación con el libro, algo que al fin y al cabo no resulta un gran mérito, pero como película queda muy por debajo. Acepto que fui uno de los incautos que leyó el libro y más que por morbo lo hice por mera curiosidad (y para tener bases para criticarlo) por lo que mientras veía esta cinta no sabía si estaba viendo una parodia o una adaptación sería del libro. La historia es toda una comedia (involuntaria) que durante gran parte del metraje no logra tomarse en serio así misma, si bien, el guión escrito por Kelly Marcel omite muchos elementos y muchas más escenas sexuales también logra quitarle ese humor soso y penoso que tiene el material original, pero lastimosamente no logra mejorar el personaje de Anastasia, algo que se hubiese agradecido.


Un problema que tuve con la lectura del libro fue su protagonista, Anastasia, una mujer débil de carácter y una personalidad nula con la que es difícil compaginar, lastimosamente el personaje está inalterable y Dakota Johnson logra sacar lo peor de ella, sus líneas se ven  demasiados forzadas, al igual que su "mordida de labio", una Bella Swan para mayores de edad (y como no, este personaje es sacado del mismo molde que el personaje de Meyer), eso sin contar que pocas veces logra química con Jamie Dornan haciendo que el romance entre ambos personajes se vea muy artificial. Y ya que estamos en ese terreno, Dornan es uno de los dos puntos fuertes de la cinta, el actor como Christian Grey logra transmitir todo ese misterio y seriedad del personaje del libro, que dicho sea de paso tiene un trasfondo muy interesante pero poco explorado.

La elección de Sam Taylor-Johnson como directora resulta bastante acertada, como mujer logra darle ese toque femenino que se requería a la película, logrando que muchas espectadoras se sientan augusto con lo que ven, pero para los cinéfilos más exigentes ésta cinta no logra justificar su fama. El desarrollo es bastante simplón y, por ocasiones, muy lineal. Las "polémicas" escenas sexuales no le llegan ni a los tobillos a Nynphomaniac (Lars Von Trier) y sólo se basan en algunas topless de la protagonista junto con desnudos traseros tanto de Dakota como de Dornan, si bien algunas escenas, aunque suavizadas, logran dar en el clavo, no es nada que no se haya visto antes en una cinta de otra temática, y siendo el sadomasoquismo una de las ideas en la que se apoya el libro esta parafilia se siente vagamente mostrada.


Si vemos a Fifty Shades of Grey como una comedia (involuntaria) la película funciona, es más, durante gran parte del metraje parece una misma parodia, pero si la vemos como realmente se vende, como una película erótica, la cinta falla miserablemente, y ni con su increíble y acertada banda sonora y algunas escenas muy bien logradas, esta película logra salir a flote, por culpa de una idea mal concebida y ejecutada y una protagonista pobremente escrita.

Calificación: 3/10

miércoles, 28 de enero de 2015

Kreuzweg (Stations of the Cross) (2014)


Maria se encuentra atrapada entre dos mundos. En el colegio, esta chica de 14 años, tiene los típicos intereses de una adolescente, pero cuando está en su casa debe seguir los dictados de la Sociedad de San Pío X y su tradicional interpretación del catolicismo. Todo lo que Maria piensa y hace debe ser examinado ante Dios.

Según Wikipedia, Un viacrucis o vía crucis (en latín: «camino de la cruz») se refiere a las diferentes etapas o momentos vividos por Jesús desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura. La expresión se usa también comúnmente para expresar todo tipo de dificultades que se presentan en la vida cuando se quieren alcanzar ciertos objetivos. Y un viacrucis es tan bien por lo que pasa Maria, una niña de catorce años, con una vida ascética.


Kreuzweg, también conocida como Stations of the Cross, es una película alemana dirigida por Dietrich Brüggemann y que nos cuenta de una manera muy peculiar, haciendo uso de las estaciones del viacrucis, la forma como una creencias afectan la vida de una adolescente. La manera como nos cuenta la historia, ya de por si es lo más interesante y coherente que he visto en cintas que tocan este tema, el director se vale de catorce de quince estaciones divididas en varias escenas, empezando la condenación de Jesús a muerte y terminando por su sepelio, para hacer un paralelo mediante escenas de la vida de Maria, una jovencita criada por una familia muy creyente y fundamentalista. El director se vale prácticamente de planos fijos para encuadrar las catorce escenas que componen esta película, presentándonos de esta forma de una manera bastante intima y contundente los dilemas por lo que atraviesa Maria. Gran parte del acierto con relación a la historia quizás es gracias a que los guionistas Anna Brüggemann  y el a su vez director Dietrich Brüggemann, de niños tuvieron una experiencia igual a la de la protagonista de la película, por eso el acercamiento crítico hacía como las doctrinas religiosas pueden, de alguna forma, influir en el comportamiento de los más pequeños se puede ver durante gran parte del desarrollo de la cinta, siendo este junto con la dirección el mayor acierto de Kreuzweg.

Dietrich Brüggemann dirige esta película como si cada escena fuera un cuadro, y eso lo vemos por el uso en el 90% de las mismas de cámaras fijas, con tomas largas y diálogos que pueden parecer eternos pero que en conjunto encierran bastantes significados, como el de un acercamiento bastante intimo y personal a la vida de una niña criada con un pensamiento bastante fundamentalista, algo que se ve reflejado en el modo de vestir, expresarse y andar de la actriz Lea van Acken quien interpreta a Maria. El uso de exteriores se limita solamente a momentos puntuales y la fotografía es bastante "seca", dándonos una sensación en muchas de las escenas de total inmersión y claustrofobia. Si lo que Dietrich buscaba era padecer nosotros mismo este viacrucis, en realidad lo logró.


Kreuzweg (Stations of the Cross) es todo un ejercicio argumental que vale la pena ver, el director se arriesga con la forma en que decidió contar la historia pero sale muy bien librado, en ocasiones se puede sentir pesada y bastante lenta pero la forma en como se va desarrollando la historia junto con el acompañamiento de la evolución del personaje principal la vuelven muy llamativa, además crítica de manera muy acertada la manipulación, y el efecto que causa las creencias arriesgadas de una familia a los miembros de esta.


Calificación: 7/10

martes, 27 de enero de 2015

Dead End (2003)

 

Es Nochebuena. Frank Harrington lleva en coche a su mujer y a sus hijos a casa de sus suegros para celebrar juntos la Navidad. Pero este año Frank decide por primera vez tomar un atajo hasta allí, sin saber que está a punto de cometer el peor error de su vida Una misteriosa mujer vestida de blanco surge del bosque para sembrar la muerte a su paso. Las señales de carretera indican la dirección a una ciudad a la que no se puede llegar. Con cada interminable kilómetro que recorren, un sentimiento incontrolable de horror se apodera de los Harrington, que en su desesperación no pueden pensar más que en una cosa: salir de aquella carretera. La pesadilla ha empezado.

Recordaba muy poco sobre esta película, el hecho de que le tuviera tanto cariño fue quizás que para la época en que la vi estaba muy entusiasmado con el hecho de que ya podía ver todas las películas que me llamaban la atención gracias a que, muchas de ellas, estaban llegando en formato DVD, y este título realmente sorprendió, no era una película de horror, si no más bien una cinta de suspenso con un guión, que a pesar de sus defectos, está muy bien trabajado.


Esta road movie de terror, se mantiene solamente por su guión y una historia que realmente atrapa, ya que a pesar de que no tiene muchos momentos brillantes, durante gran parte de la cinta estamos atrapados, al igual que sus personajes, por el suspenso y el misterio que encierra el hecho de que una familia se haya perdido en la mitad de un oscuro bosque en víspera de nochebuena. Y es que cuando el patriarca de la familia decide tomar un atajo para llegar a la cena familiar en casa de la familia de su esposa, una aparición conocida como "la mujer en blanco" empieza a hacer estragos en la psique de los integrantes haciendo de este paseo familiar todo un infierno cuando cada uno empiece a decirse las verdades haciendo el viaje mucho más tortuoso.

Dead End nos mantiene pegados a su historia gracias a la forma de como los personajes se van desenvolviendo dentro de la situación en la que está, logrando ser por momentos bastante pretenciosa, incluso para si misma, tanto la historia como la película fallan al tratar de ser serias y en el camino va tomando giros incómodos y hasta jocosos que logran restarle muchos puntos, situaciones como algunos comportamientos de sus personajes o algunos apartes de los diálogos no aportan nada a la historia tan interesante que desde un principio intenta vendernos.


Con unas correctísimas actuaciones donde quizá las que sobresalgan son las de Ray Wise y Lin Shaye, a quien hemos visto en Insidious, la película logra mantenerse a flote, a pesar de que la película transcurre la gran parte del tiempo dentro del auto, los directores y guionistas Jean-Baptiste Andrea y Fabrice Canepa hacen que esto no sea un inconveniente, ya que las dosis de misterio y la velocidad como se desarrolla a la historia hace que estemos siempre al tanto de los sucesos, olvidándonos prácticamente del lugar o la forma como transcurren los hechos. Dead End quizás hubiese sido más efectiva si se hubiese aprovechado más la oscuridad de la noche, la fotografía y las locaciones y una musicalización que fuera mucho más acorde a la historia.

Dead End no es una gran película, tiene muchos fallos tanto técnicos y argumentales pero la forma en que nos atrapa dentro de su telaraña de misterio hacen de esta cinta una película muy agradable de ver. Es cierto que a los directores le falto pulir mucho más algunos detalles y tapar quizás algunos huecos en la trama pero la cinta es agradable de ver además de que es muy libre a interpretaciones.

Calificación: 7/10

lunes, 19 de enero de 2015

Bijitâ Q (2001)


Kiyoshi Yamazaki: ¿Esto es como me debería sentir? ¡No sé cómo un padre se debería sentir! Pera sí sé que mi familia está siendo destruida.

¿Alguna vez te han golpeado en la cabeza? Esa frase hace parte de la película del 2001 de Takashi Miike, Bijitâ Q también conocida como Visitor Q, un golpe directamente a la cabeza y los sentidos el cuál durante gran parte de la película te hará cuestionarte el por qué la estás viendo.

Takashi Miike, es el prolífico director japonés cuya filmografía está llena de películas de acción, violentas, dramáticas y algunas que rayan el mal gusto y lo bizarro como lo es su Bijitâ Q, película que hace parte de una compilación llamada Cine de Amor, en donde cineastas independientes editaron sus trabajos para ser lanzadas directamente en vídeo digital, esto como punto para demostrar las ventajas de este tipo de formato, algo que sin duda Miike supo aprovechar ya que con las limitaciones que presentaba a la hora de dirigir esta película pudo darle a la cinta una sensación de documental y algo de realismo con el cual logró aumentar mucho el nivel de incomodidad que uno como espectador siente al enfrentarse a una película como esta.


A primera vista pueda que esta historia, que viene firmada por Itaru Era, parezca un poco simple y llena de sinsentidos, pero en su interior, debajo de todos esos momentos bizarros, violentos y macabros se esconde un sátira a las familias japonesas, la sociedad del país del sol naciente y a su sed de morbo, violencia y sexo que no estamos acostumbrados a aceptar. Bijitâ Q nos narra la vida de una familia japonesa compuesta por un reportero televisivo, que cayó en el olvido profesional tras haber sido atacado por jóvenes pandilleros (quienes lo violaron con el micrófono y grabaron toda la escena en una cámara), y trata de realizar un documental acerca de la violencia juvenil y el sexo, su esposa adicta a las drogas y que sufre violentos golpes por parte de su hijo, quien a su vez es víctima de bullying por compañeros de colegio. Pero a la vida de esta peculiar familia llega un misterioso extraño, denominado “Q”, quien se integra con cada uno de los integrantes, afectando notablemente en la forma de ser de cada uno de ellos.

En esta problemática y pervertida familia que lleva a otro nivel el significado de familia disfuncional la moralidad y el respeto no tiene cabida, el padre, es un tipo que busca documentar la violencia juvenil y para eso mantiene relaciones sexuales con su hija, con tal de llevar su estudio a otro nivel, la cual se prostituye por un poco dinero, y observa a su hijo siendo abusado y humillado por sus propios compañeros de clase, el hijo canaliza toda esa violencia de la que ha sido víctima hacia su pobre madre, quien siente un terrible pánico cuando lo ve acercarse y ésta por su parte mantiene relaciones extramatrimoniales con tal de poder costear su adicción a la heroína, todo eso hace parte de la monótona y rutinaria vida de los Yamazaki, una familia que en apariencias puede ser la típica familia japonesa. Los cambios en la rutina de esta peculiar familia vienen precedidos por la llegada de un integrante que funciona como catalizador de las más bajas y oscuras perversiones de los integrantes. Con esta historia tanto Itaru como Takashi nos pone a prueba para ver cuán capaz somos de soportar semejante bizarrada.

La historia toca temas tabús en toda regla que para algunas personas, quizás, son difíciles de soportar y digerir, y la misma historia va subiendo de nivel a medida que se va desenvolviendo los acontecimientos, pasando de lo bizarro, al mal gusto, llegando a incomodar hasta al más experimentado de los cinéfilos. Itaru no conoce de límites, y hace equipo con uno de los directores más controvertidos de la actualidad para llevar a la pantalla temas como el incesto, lo escatológico y la necrofilia, todo esto llevándolo a un subtexto satirizando mucho su propia sociedad, usando los personajes típicos que integran cualquier familia nipona.


Takashi Miike es un director que no conoce límites, un director que no se retrae al mostrar lo que quiere de la forma como lo quiere, y a pesar de lo que puede significar a su carrera se ha logrado ganar el aprecio y la admiración no sólo de muchos cinéfilos alrededor del mundo sino también de sus colegas, es un director  que a pesar de sus extravagancias, es muy versátil y se desenvuelve de muy buena forma en cualquier género, pero que en lo bizarro difícilmente puede encontrar competencia. Todo ese potencial lo demuestra en Bijitâ Q, una película que lleva la indiscutible marca de Takashi Miike.

Como una mezcla de Pier Paolo Pasolini y John Waters, así fácilmente se puede describir esta película, claro sin dejar a un lado el toque que Takashi Miike le da a sus películas. El formato en que esta película está grabada le da un toque trash y sucio a la cinta como el más puro Waters mientras que en al extravaganza sexual rememora a Pasolini, y las bizarradas son 100% Miike, un director, que como lo dije anteriormente, no conoce los límites ni mucho menos la palabra censura. Es un total acierto el formato de la película, la edición, la pobre iluminación y los movimientos de cámara bruscos dan una sensación de estar viendo algo que realmente puede ocurrir, le da una sensación de realismo que logra que el impacto de la película sea el doble. Bijitâ Q, logra sacarte de la zona de confort, te descoloca, a la vez que te hace cuestionarte sobre lo que se está viendo.

Bijitâ Q es una película que no acepta término medio, bizarra y surrealista como pocas, con un toque de humor negro que no desentona ni con la estética ni mucho menos la película pero que hace que esta cinta sea de amar u odiar, es muy difícil sentir indiferencia con esta película y más cuando el director se empeña a cada momento de hacerte sentir incomodo sin ni siquiera esforzarse, logrando que todos los eventos y acciones de los personajes fluyan de una manera natural.

Aun cuando puede rayar lo desagradable, la línea del mal gusto y la depravación, esta película de Takashi Miike es interesante de ver (dentro del propio contexto en que nos la presenta), y no sólo por las escenas o las situaciones que nos muestra sino para entender un poco la visión de este interesante director, quien demuestra que no es necesario hacer una película “seria” para poder realizar una crítica sobre la sociedad, sin importarle llegar a lo extremo, dejando a un lado la sutileza y sintiéndolo como un golpe directo a la cabeza.

Calificación: 6/10
                                                                           

sábado, 17 de enero de 2015

Honeymoon (2014)


Unos jóvenes recién casados, Paul y Bea, viajan en su luna de miel a un lago remoto. Al poco tiempo de llegar, Paul encuentra a Bea desorientada y errante en mitad de la noche. Ella se va mostrando cada vez más distante y su comportamiento más peculiar. Paul comienza a sospechar que lo que le sucede a su esposa es algo más que sonambulismo.

Está claro que muchas veces no se necesita un gran presupuesto para que una película funcione, basta con tan solo una buena historia, un par de buenos actores y el buen quehacer de su director, por lo general, son esas cintas, las que logran entregarnos una experiencia cinematográfica muy diferente, alejándose de los aburridos (y mal usados) clichés del género y demostrando que con menos siempre se puede hacer más. Este es el caso de Honeymoon, la primera película de la directora Leigh Janiak, quien empieza con pie derecho su carrera como directora.


Si una película de horror, en este caso, más que horror, suspenso, quiere ser realmente efectiva el giro que le debe dar tanto el director como guionista debe ser el acercarnos más a la cotidianidad o realidad de las personas, aderezándolo con un poco de ficción para hacer más terrorífica la experiencia, eso es lo que hace  Leigh Janiak con el guión  escrito por Phil Graziadei, nos presentan a una pareja de recién casados que se internan a las afueras de la ciudad para celebrar su luna de miel, lejos del bullicio de la ciudad. Vemos a la pareja en los primeros días disfrutar de su aislamiento y de las mieles del amor, compartiendo experiencias y bromeando a todo momento, pero todo cambia de repente cuando después de una noche Bea empieza a comportarse de una manera extraña haciendo que Will entre en desconfianza con su esposa. Y la película funciona gracias a que desde el primer momento simpatizamos con la pareja, haciendo que en realidad nos preocupemos por lo que pasa en pantalla y sigamos la historia y su desarrollo con detenimiento para terminar de una forma que en realidad no lo esperábamos.

La película recurre a un tópico del cine de horror que todos conocemos y es el de aislar a un grupo de personas, en este caso una pareja lejos de la civilización, y por más que uno piensa saber como terminará la película, la directora nos sorprende ya que le da varios giros al guión, por un momento nos presenta una película  de corte de drama psicológico pero en los últimos minutos de la película la lleva hacia un escenario de pura ciencia-ficción sin hacer que en ningún momento desentone con su propio desarrollo. Se nota un poco la inexperiencia de Leigh Janiak, la cinta por momentos pierde un poco de fuerza pero la directora remedia eso al mantener el misterio a flote durante gran parte de la misma, además sus dos actores principales Rose Leslie y Harry Treadaway tienen el suficiente carisma y química para mantenernos pendiente a la pantalla.


Honeymoon es un muy buena opción entre las películas del género que poco a poco van perdiendo su identidad, una cinta que si bien no es perfecta rememora un poco a grandes clásicos de género a su vez que nos presenta una idea nueva y un poco arriesgada para una directora novel que no tiene la suficiente experiencia para moverse en un tema como el que nos presenta, pero que aún así logra atraparnos e involucrarnos en la historia y es que si algo le llegara a pasar en el comportamiento de nuestra pareja ¿no lo notaríamos?

Calificación: 7/10

miércoles, 14 de enero de 2015

Whiplash (2014)


El objetivo de Andrew Neiman, un joven y ambicioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este en el que estudia. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher, un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher elige a Andrew para formar parte del conjunto musical que dirige, cambia para siempre la vida del joven. La pasión de Andrew por alcanzar la perfección se convierte en obsesión, al tiempo que su despiadado profesor lo lleva al límite de su capacidad y de su salud mental.

Hay películas que, ya sea, por su afiche o por la historia que cuenta no logran ser muy llamativas pero que después de cierto tiempo, por lo general en temporada de premios, empiezan a tomar relevancia y a llamar tu atención, me ha pasado muchas veces y este año me pasó con Whiplash, película por la que J.K Simmons ganó recientemente un Globo de Oro (y es uno de los fuertes contendientes a llevarse también un premio Oscar) y cuya actuación ha generado muchas críticas positivas dentro del mundo cinéfilo, dicha actuación fue lo que me llevó a ver esta película, que de otro modo no hubiese visto, encontrándome con algo más que una grandiosa interpretación, encontrando una película tan bien orquestada que roza fácilmente la perfección.


Mientras veía Whiplash se me vino a la mente en muchas ocasiones Black Swan de Darren Aronofsky, ambas películas si bien están ambientadas en el mundo del arte, la de Aronofsky en el ballet y la de Chazelle en la música, tratan temas muy similares, como es el esfuerzo de su protagonista por lograr la perfección, una meta que fácilmente se puede convertir en obsesión chocando con su propia humanidad. En Whiplash eso se ve reflejado en el joven Andrew, un muchacho con un buen dominio para la batería, que busca hacer parte de un reconocido grupo de músicos, pero para ello no le basta con ser simplemente "bueno", algo que el director de la banda, Fletcher, está dispuesto a hacerle entender, aún cuando pone en peligro su integridad física y psicológica.

Basándose en un corto que el mismo escribió y dirigió, Damien Chazelle nos entrega esta increíble historia sobre pasión y entrega y los límites a los que se ve enfrentado una persona por lograr ser quien quiere llegar a ser. La historia prácticamente se basa en una dinámica de maestro y alumno, el primero empujando el segundo a los límites, y éste tratando de dar más de lo que piden, personajes llenos de gran carisma y lo más importante: comparten una química única que lo hacen bastante interesantes. Tenemos a Andrew, interpretado por el joven Miles Teller (a quien le deben una nominación por su  actuación) haciendo el mejor papel de su carrera, tal como su personaje, Teller nos da una interpretación apasionada y logra meternos y transmitirnos muchas sensaciones, desde la emoción, hasta el desespero, la rabia y la frustración, un personaje que a todo momento intenta demostrar de que esta hecho. Pero la fuerza de la película es sin duda J.K Simmons, (recordado como el odioso jefe de Peter Parker, J. Jonah Jameson en la trilogía de Spider-Man de Sam Raimi), con un personaje que a pesar de su personalidad bastante fuerte y sus métodos de enseñanzas no tan ortodoxos es muy difícil no apreciar, no pueden haber más que elogios para este actor.


Pero no sólo es por las interpretaciones por la que Whiplash brilla, el apartado técnico de la película es muy impresionante, Damien Chazelle logra unas escenas frenéticas, que te meten en la piel de los personajes, más exactamente en la piel de Andrew, los solos de baterías con la cámara enfocando cada movimiento y expresión del actor logran ser apabullantes, también los son primeros planos a la expresión y el lenguaje corporal de sus dos protagonistas, todo un acierto para una película de este tipo, y por si fuera poco, el sonido, pieza fundamental en una película como está no puede ser más perfecto, cada redoble, cada golpe logra ser sentido, llegando a su máxima expresión en el clímax de la escena final donde la película te deja jadeando y con ganas de apreciar mejor la música.

Whiplash fue una gran sorpresa, quizás sea el hecho de que me acerqué a ella con ceros expectativas y solo con la esperanza de ver una gran interpretación, pero la película demuestra que es mucho más que eso, y si bien la actuación de J.K. Simmons es imperdible, el director consigue que la película se mantenga bajo sus propios méritos, un guión bien trabajado con una dirección y un montaje propio de un concierto hacen de esta películas una de las mejores cintas que nos dejo el 2014.

Calificación: 9/10

martes, 13 de enero de 2015

The Theory of Everything (2014)

 
Narra la relación entre el célebre astrofísico Stephen Hawking y su primera mujer Jane, en la época en que ambos lucharon contra la enfermedad degenerativa que postró al genio en una silla de ruedas.

En cada entrega de premios que se respete debe existir por lo menos una película biográfica y/o basada en algún hecho real, este año tenemos tres que resaltaron en los Globos de Oro; Selma, Foxcatcher, The Imitation Game y la que reseñaré a continuación, The Theory of Everything, que no es sólo una película sobre la vida de una de las personalidades científicas más celebres del mundo, Stephen Hawking, sino una cinta que explora más alla; su matrimonio, la esperanza y la lucha de un hombre por hacer que cada día valga la pena.

Es imposible encontrarse a una persona que no conozca a Stephen Hawking, y no necesariamente tiene que ser que reconozca sus trabajos, libros publicados o declaraciones, sino que lo distinga, y es que este astrofísico prácticamente hace parte de la cultura popular, además de que por su enfermedad motoneuronal es dificil que pase desapercibido y no es porque este prácticamente condenado a vivir en una silla de ruedas sino por sus ganas de seguir adelante lo que lo ha impulsado hoy por hoy a ser uno de los científicos vigentes más respetados y galardonados, su trabajo, al igual que su vida es digan de conocer, y aunque The Theory of Everything no está enfocado exclusivamente a modo de biografía, vemos más aún un acercamiento hacía Stephen Hawking como persona al mostrar en esta película la relación con su esposa y su esfuerzo por superar cada día sus límites.

Anthony McCarten escribe esta película basándose en el libro escrito por Jane Hawking, la primera esposa de Stephen, títulado Travelling to Infinity: My Life with Stephen, en dónde narra la experiencia que vivió al estar casada con un astrofisico en ascenso y la lucha de éste con los primeros signos de su enfermedad degenerativa, la película, explora como en el libro, la historia del enamoramiento de Stephen y Jane, el descubrimiento de su enfermedad, y explorando durante gran parte de la película, la relación matrimonial de estos dos personajes, por lo que, sin ninguna sorpresa la historia se desarrolla de una manera muy lineal, apoyándose eso sí, por las increíbles actuaciones de sus dos protagonistas. Eddie Redmayne, se lució con su personaje, además de que tiene asegurado muchos premios (ya sabemos como le gustan a la gente, sobre todo a la academia, este tipo de interpretaciones), su transformación como Stephen Hawking no se limita solamente a lo físico sino a su lenguaje corporal, evitando a todo momento caer en la exageración, y dándonos una copia fiel, pero años más joven, del reconocido científico. A su lado, tenemos su soporte, Felicity Jones, como la abnegada esposa de Hawking, también sufre transformaciones, pero su personaje lo hace más bien al nivel, emocional, en todo momento vemos a una esposa por sacar adelante su matrimonio aún cuando la enfermedad de su marido es un gran obstáculo a vencer.

James Marsh, el reconocido director inglés aclamado por su documental Man on Wire, hace un trabajo modesto con esta película, sigue los lineamientos de un biopic en toda regla pero enfocándose más en la relación de Stephen y Jane, dándole más fuerza en ese aspecto y entregando una película bastante emotiva que se apoya mucho en las cuidadas locaciones y esa música cargada de sentimiento compuesta por Jóhann Jóhannsson, quien ya había sido reconocido por su impecable trabajo en Prisoners. Quizá muchas personas que se acerquen a esta película buscando una cinta con divulgación científica quedaran decepcionados porque en The Theory of Everything se hace un mayor énfasis en el amor y la lucha, cada uno a su manera, de sus dos protagonistas.

The Theory of Everything puede que quede corta como una película sobre la vida y obra de Stephen Hawking pero llena esos vacíos gracias al enfoque que le dan a la cinta, mostrándonos a un científico mucho más "accesible" y humano, gracias sobre todo, a la increíble entrega del actor Eddie Redmayne. Es una cinta que nos habla del amor y nos invita a luchar y vencer los límites, hay que anotar que cuando Hawking fue diagnosticado por esa enfermedad le dieron solo dos años de vida, hoy en día el científico sigue publicando libros y siendo una autoridad en el tema.

Calificación: 8/10

domingo, 11 de enero de 2015

The Imitation Game (2014)

 

Biopic sobre el matemático británico Alan Turing, famoso por haber descifrado los códigos secretos nazis contenidos en la máquina Enigma, lo cual determinó el devenir de la II Guerra Mundial (1939-1945) en favor de los Aliados. Lejos de ser admirado como un héroe, Turing fue acusado y juzgado por su condición de homosexual en 1952

En el 2001, Ron Howard nos presentó A Beautiful Mind, el apasionado retrato de un genio matemático y su contribución en la ayuda a los EE.UU. en la Guerra Fría contra la Unión Soviética mientras que lidiaba con sus problemas psicológicos, el film, aunque bien recibido, fue criticado por algunas diferencias con relación a la vida real de dicho personaje, pero aún así logró llevarse el Oscar en cuatro categorías incluida la de Mejor Director y Mejor Película, ahora, catorce años después y con lo bien que le fue a los hermanos Weinstein con American Hustle, nos presenta su última película The Imitation Game, dirigida por el noruego, Morten Tyldum, película que comparte muchas similitudes con la cinta de Howard tanto en planteamiento, temática y la dinámica de un personaje brillante incomprendido. ¿Logrará The Imitation Game arrasar con premios tal como lo hizo A Beautiful Mind en su época?


Conocer la vida de los genios siempre es apasionante, y más si  resulta ser trágica y dramática, bajo este planteamiento se basa la historia de The Imitation Game, un biopic sobre Alan Turing y su importante aporte para descifrar códigos secretos Nazis que jugaron un papel muy importante en plena Segunda Guerra Mundial, pero que fue terriblemente marginado (y hasta perseguido) por su homosexualismo, la cinta cumple con todos los parámetros dentro de las películas de este tipo; tenemos a un protagonista que lejos de ser el típico héroe, es una persona con problemas de comunicación, alguien a quien el contacto con otra persona se le hace muy difícil; además tenemos su gran aporte a la sociedad (ya que es considerado como el padre de la ciencias de la computación) y contribución para descifrar la máquina nazi Enigma; y por último el drama; Turing guarda un secreto, es una persona homosexual, algo que se consideraba ilegal en aquellos tiempos, por lo que fue duramente castigado en vez de haber sido glorificado.

Partiendo de esas bases, la película cumple todos los estándares para una historia de este tipo, el guionista Graham Moore hace su primer trabajo para la pantalla grande con un guión que desarrolla a profundidad el personaje de Turing, dotándolo de profundidad, al ver su pasado, su presente y, obviamente, su futuro y convirtiéndolo en una especie de "mártir". La historia tiene un desarrollo con un muy buen ritmo, y como ésta es una película de Alan Turing, hay personajes que si bien están bien escritos su profundidad es un poco nula y parecen estar puestos porque así la historia lo pide. Por su lado, el director Morten Tyldum, pisa Hollywood con el pie derecho con The Imitation Game, ya que nos da todo lo que esperamos de este tipo de películas, que nos atrape, nos envuelva con su historia y por último nos conmueve, eso sí, avisados quedan las personas que esperan ver en esta película el thriller de corte historico sobre el espionaje en la guerra, ya que se pueden encontrar con una, un poco atípica historia de amor, sobre una mente brillante que no sabe expresarlo.


Mucho se ha dicho sobre la interpretación de Benedict Cumberbatch, un actor que saltó practicamente a la fama por su personaje de Sherlock, el británico da una actuación digna para este tipo de películas pero que en realidad no se siente para nada impactante, sí, es el típico genio con problemas de relaciones interpersonales que ya muchas veces se ha visto (retomando A Beautiful Mind, Russell Crowe llevó su interpretación mucho más lejos) y aunque está entre las mejores del año, no se siente como LA MEJOR, por otro lado su co-protagonista Keira Knightley, quien se encuentra madurando como actriz nos presenta un personaje llamativo pero no despampanante, elementos que se pueden ver en la participación de Mark Strong quien le da a la cinta un toque de elegancia con su participación.

The Imitation Game es una película bastante sólida, con  unas interpretaciones muy buenas y un desarrollo en la historia fascinante que realmente cumple a cabalidad todo lo que promete pero que a muy a pesar de eso la encuentro demasiado sobrevalorada y elevada a un nivel muy alto para el tipo de película que al final resulta ser, una cinta dentro de los parámetros que no se atreve mostrar más de lo que debería mostrar.

Calificación: 7/10

martes, 6 de enero de 2015

Divergent (2014)


En un mundo distópico en el que la sociedad se divide en cinco categorías (Verdad, Abnegación, Osadía, Cordialidad y Erudición), los jóvenes deben elegir, atendiendo a sus virtudes personales más destacadas, a qué facción pertenecer. Beatrice sorprende a los suyos con su decisión, pero ella no es como los demás: guarda un secreto del que podría depender el orden social e incluso su propia vida.

Tras el éxito de The Twilight Saga, Hollywood vio en las adaptaciones de los YA books (libros para adultos jóvenes) su nueva mina de oro, The Hunger Games pasó a ratificar esto, con una primera entrega que parecía haber sido hecho para tantear el terreno pero con dos secuelas en la que la confianza del estudio por su producto se podía apreciar notablemente, ad portas del final de esta saga que ha recibido una muy buena acogida tanto del público como de algunos críticos, el año pasado Summit Entertainment nos presentó Divergent, la primera película de una "cuatrología", con un resultado final bastante que puede dejarnos bastante indiferente.

Quizá fue gracias a The Hunger Games que los libros sobre distopías han tenido un auge impresionantes, y que debido a dicho éxito no tardan los estudios en presentarnos su adaptación, tal es el caso del best seller Divergent, libro que guarda muchas similitudes con la historia de Katniss Everdeen, pero que no logra estar al nivel y ni mucho menos alcanzar a su "prima literaria". La historia de la película empieza planteándonos un futuro distópico que, personalmente, encontré muy difícil de digerir, el hecho de que las personas vivan divididas en facciones no la encontré muy bien fundamentada en la película ni en el libro, por tal razón, el futuro de una sociedad donde está dividida me pareció muy fantasioso incluso dentro de la temática de la ciencia-ficción. Además la historia se va a lo seguro y no se atreve a salirse un poco de la formula ya conocida; una adolescente de dieciséis años con "algo" que la hace especial, un interés amoroso que al principio no parece lo que es, entre otras cosas. Lastimosamente tanto en el libro como en la película, esta primera entrega hace parte de algo que se supone es más grande, por lo que gran parte de la historia se ve inclinada hacia cosas que pueden resultar muy banales y predecibles, inclusive, el gran secreto sobre qué es ser "divergente", no resulta tan llamativo.


Un problema que tuve al leer el libro es que su personaje principal, Tris, me pareció un tanto insoportable una mezcla entre Katniss Everdeen y Bella Swan que no termina de cuajar muy bien, afortunadamente y para bien de la película, este personaje esta interpretado por la joven Shailene Woodley quien al menos dota de un poco de personalidad a un personaje que en el libro resultaba bastante plano, aburrido y muy predecible, junto a ella, y como es de esperarse en este tipo de producciones, la acompañan actores veteranos y de renombres, como es el caso de la excepcional Kate Winslet haciendo un interesantísimo papel de villana  que tristemente tiene poco tiempo de pantalla pero que le es suficiente para darle un poco de status a la película.

Técnicamente, Divergent, es una película bastante "normal", por así decirlo, no es grandilocuente pero tampoco tiene grandes carencias en este apartado, el director Neil Burger hace todo lo que está a su alcance para mostrarnos un mundo distópico que no se siente del todo como una distopía sino como una división de clases sociales, eso sí, hay un muy buen énfasis entre las diferencias de las facciones y los elementos que las hace diferentes unas de otras, las escenas de acción a pesar de no ser muchas están muy bien orquestadas y es lo que le da un poco de emoción a esta película que en gran parte del metraje carece un poco de chispa y personalidad.


Divergent, a pesar de contar con un elenco que en términos generales se puede consolidar como muy solido y que entregan unas interpretaciones muy acordes a la historia que nos muestra, es un frío inicio para una saga que ya tiene planeada dos secuelas (la última dividida en dos partes, como lo dicta la moda actual) con una historia que no brilla mucho y quizá no logre convencer a los cinéfilos más veteranos pero que deja con la esperanza de una mejoría en las siguientes entregas.

Calificación: 6/10

jueves, 1 de enero de 2015

The Flu (2013)


 Una enfermedad infecciosa no identificada de repente estalla, provocando una destrucción generalizada. La enfermedad infecta a sus víctimas a través de su sistema respiratorio y se tarda sólo 36 horas para que las personas infectadas mueran. Una lucha desesperada sobreviene para poder controlar la epidemia.

Hace poco se vivió a nivel mundial una especie de paranoia cuando muchos casos de ébola fueron descubiertos en gran parte del mundo, creando una alerta y haciendo que los países tomaran medidas respectivas con relación a los posibles casos que se presentaran en sus territorios, afortunadamente el virus no paso a mayores y la paranoia de la gente bajo mucho con el pasar de los días, pero si las cosas hubiesen sido diferente y el virus se transformara en pandemia en el lugar que comenzó quizás algo como se muestra en la película Surcoreana, The Flu, hubiese ocurrido.


Personalmente, las películas sobre pandemias las encuentro irresistible, al igual que las historias post-apocalípticas, ya que se prestan para múltiples estudios y críticas sobre la naturaleza humana en época de crisis, y nada es más apegado a la realidad como se muestran en las historias que se desarrollan en este tipo de películas, como en The Flu, cuando un virus se esparce por una ciudad de Corea del Sur, sin cura aparente, la maquinaria del gobierno se pone en marcha para hacer lo que mejor sabe hacer: ser incompetente. Yeong-jong Lee y Sung-soo Kim firman este guion que empieza con aparente calma, lleno de momentos jocosos que poco a poco se van tornando mucho más serio, la historia que tarda un poco en despegar encuentra su punto más alto cuando los posibles contagiados son puestos en cuarentena y una medica que descubrió el primer caso está dispuesta en poner su vida en peligro con tal de poner a su hija a salvo.

La película tiene muchos paralelos con la innolvidable 28 Weeks Later o la fallida World War Z, pero donde destaca más la película dirigida por Kim Sung-su es mostrarnos un horror más "humano", al ponernos en pantalla el drama de miles de contagiados, personas reales que por contacto con el virus resultaron infectadas y a la vez infectaron a muchas más convirtiendo esto en una cadena, acá no hay zombies, ni mucho menos sangre y gore injustificado, acá se retrata la lucha por la supervivencia y una especie de revolución hacia un gobierno que intenta defender su patria de la forma más baja posible.

Esta es una cinta que no cuenta con un gran presupuesto multimillonario, y eso se ve por el pobre CGI y algunos efectos que resultan obvios pero que no afectan para nada el mensaje que quiere dar la cinta, es una película que cuenta una historia más no trata de vender por medios de efectos especiales injustificados y a montón, pero aún así es muy fiel al mostrar una posible infección a escala local, con una ambientación que va tomando forma con relación a la historia y una musicalización que a mi parecer me parece muy americana pero que va acorde con la película. The Flu entretiene a la vez que logra mantener los niveles de emoción y tensión de una forma muy nivelada, sus actores a pesar de no ser reconocidos (quizás en occidente) cumplen a cabalidad su función, y van cambiando a medida que se va desarrollando la historia pasando de algunos momentos comicos a las escenas más dramáticas, mención especial en este apartado a la pequeña Min-ah Park.


The Flu, no se escapa tampoco de algunos clichés de este subgenero y de algunas escenas y acciones predecibles de sus personajes, pero la película en conjunto funciona porque nos acerca a una realidad mucho más probable que una invasión zombie y maneja personajes "reales" y no tan heroicos, valientes y perfectos como el de otro tipo de películas, es una de esas cintas asiáticas que vale la pena ver.

Calificación: 7.5/10