martes, 16 de diciembre de 2014

Starry Eyes (2014)



Sarah Walker persigue el sueño de Hollywood: convertirse en una estrella; pero de momento lo hace desde un trabajo insatisfactorio y sin mucho éxito en las diferentes audiciones a las que acude. Hasta que va a dar con un misterioso anuncio, el cual le llevará paso a paso a través de una serie de extrañas entrevistas y pruebas que la catapultarán a la fama como protagonista de una nueva cinta de culto, nunca mejor dicho. Aunque todos sabemos que la gloria tiene un precio, y el cuerpo y la mente de Sarah serán los encargados de pagarlo.

Más allá de su glamour, de todo lo que parece, vidas felices y una industria que ha crecido exponencialmente y que prácticamente no se puede despegar de la palabra cine, Hollywood no es una fábrica de deseos, se puede decir que sí es a lo que apuntan los actores y actrices novatos pero que a pesar de parecer un lugar amigable no es lo que parece, y Starry Eyes una película independiente nos muestra dentro de su fantástica historia el infierno en el que se puede convertir la vida de alguien que sueña con llegar a ser una estrella de cine.



Los directores Kevin Kolsch y Dennis Widmyer escriben una historia que rememora desde Roman Polanski, pasando por David Lynch y llegando hasta David Cronenberg, para contarnos por todo lo que tiene que pasar Sarah Walker para llegar a ser una gran actriz, y a pesar de lo simple que puede parecer es una historia que no es para nada genérica, sí, recurre a varios temas dentro del mundo del horror pero que funcionan dentro de esta película. Starry Eyes es una crítica a la industria cinematográfica, pero más exactamente a las grandes productoras de películas por medio de la historia de Sarah, a quien vemos sufrir por cumplir su sueño de ser actriz y lo bajo que llega a caer para conseguir hacerlo realidad, y no sólo es la parte del trato hacia los actores sino la forma como se comportan, o como opera, dicha industria para lograr crear un nuevo producto, o en este caso, una nueva estrella. Lastimosamente la historia hubiese sido explotada aún más si le diera mayor significado al simbolismo que maneja, está claro que dichos detalles están manejados de una manera tan sutil como calculada pero al final se siente que se dejaron de explotar dichos detalles.

La película funciona y logra atraparnos gracias a la increíble actuación de Alex Essoe como Sarah, la actriz refleja fielmente esos sueños y esas ganas que se ven en una persona por salir adelante, y es que a pesar que el resto del elenco no está nada mal, ella logra sobresalir enormemente dentro de la plantilla de actores, ya que logra hacer conexión con los espectadores y logra transmitir esa furia, impotencia e injusticia por lo que atraviesa durante gran parte de la historia. Puede que su personaje a medida que se va desarrollando tenga cambios bastante bruscos pero, personalmente, los encontré enormemente justificables.



La dupla  Kevin Kolsch y Dennis Widmyer consiguieron realizar ésta película gracias  a una financiación colectiva, por lo que su bajo presupuesto se nota en algunas de las escenas pero que asombrosamente no logran empañar a la película, por ejemplo, los efectos prácticos, aunque no son nada del otro mundo, logran ser bastante sorprendentes, al igual que la producción de la película, que encuentra su punto más alto en el clímax. Por otro lado, debo mencionar que la música compuesta de Jonathan Snipes compuesta exclusivamente para esta película le da ese toque oscuro a cada una de las escenas, un trabajo excepcional que de seguro no pasará desapercibido para cualquiera que vea esta cinta.

Sin demasiadas pretensiones, Starry Eyes, me sorprendió, realmente no había escuchado hablar de ella y esperaba quizás encontrarme con la típica película de horror independiente que aparecen cada año en los festivales, pero realmente tiene una historia muy bien escrita que se deja de sutilezas para criticar y poner al descubierto el "lado oscuro" de Hollywood, además el trabajo de Alex y la música logran atraparnos y sumergirnos en este viaje personal al infierno de su protagonista.

Calificación:8/10

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