Mi relación con Robin Cook es muy especial, cuando descubrí a este escritor americano lo hice con su segunda (y la que considero mejor) novela, Coma (1977), su prosa a pesar de no ser nada del otro mundo me gustó, pero lo que me cautivó fue el enfoque de thriller medico que le da a sus novelas, después de ese libro pasaron por mis manos Brain (Cerebro) de 1977 y Fever (Fiebre) de 1982, la primera no fue para nada sorprendente, y la segunda volvió a hacer que me interesara más por este autor. Sus libros están llenos de dilemas morales, y personajes muy humanos que muy fácilmente pueden pasar como una historia real, su sexto libro Godplayer o Como si fuera Dios (1983) sigue esa misma línea que hacen de Robin uno de los mejores en su género.
En "Como si fuera Dios" el doctor Thomas Kingsley, un reconocido cardiólogo, y la doctora Cassandra Cassidy, una psiquiatra, son un joven matrimonio que trabajan en diferentes ramas de la medicina en el reconocido Boston Memorial, un reconocido hospital donde en los últimos años se han venido presentando inexplicablemente muertes quirúrgicas repentinas (MQR). Mientras que Cassie, sufre por la terrible diabetes que la afecta, se dará cuenta que ni su trabajo, ni mucho menos su matrimonio, son lo que ella creía que eran, mientras más se acerca a la verdad sobre los casos de MQR su vida estará en peligro.

Una vez más Robin Cook en su novela juega con situaciones reales que muy fácilmente pueden estar ocurriendo en cualquier centro médico, en Como si fuera Dios nos encontramos con el dilema que nos hace cuestionar sobre quién es más digno de estar vivo, si una persona que tiene muchas probabilidades de vivir o alguien que se sabe no tiene muchas posibilidades de llevar una vida plena y satisfactoria, alguien está jugando a ser Dios en el hospital juzgando quien vive y quien muere y ese es el gran misterio del libro. Además de ese toque conspiranoico, también hay críticas hacía la burocracia médica y como esta puede ser igual o peor de dañina que una enfermedad degenerativa. También, como en los anteriores libros, me gusta ver como el autor le da mucha humanidad a sus personajes, todos llenos de virtudes y defectos, en este caso esto se ve reflejado en Thomas, el famoso cardiologo que le importa más mantener la fama y el respeto de sus compañeros y pacientes que la complicada relación con su esposa y madre, esa obsesión por ser siempre el mejor y demostrarlo lo llevará a muchos problemas como el abuso de drogas y un fuerte desorden psicológico.
Si no han leído Robin Cook, recomiendo encarecidamente leer su novela Coma, que por cierto tuvo una muy buena adaptación cinematográfica dirigida por el fallecido Michael Crichton, en ese libro se resume todo la prosa y el estilo que Cook desarrollará en sus próximas novelas, recomiendo importante empezar por ahí para que conozcan de una buena fuente el thriller médico (y es que a pesar del tecnicismo, la lectura es muy buena e intrigante), luego de ese libro recomendaría Fever y por último Como si fuera Dios, ya que este último no es tan intrigante como los dos anteriores, el giro argumental es un poco obvio, pero los dilemas médicos que tanto me gustan están presente, y es que, muchas veces me encontré divagando y un poco aterrado de que la vida de uno, como paciente, cuando está en un hospital está prácticamente en las manos de otra persona, y si uno se pone a pensarlo bien es algo aterrador.
Título alternativo: El falso dios
Título original: Godplayer
Editorial: RBA
Año publicación: 1995 (1984)
Traducción por: Valeria Watson
Temas: Misterio y suspenso, thriller médico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario