viernes, 21 de noviembre de 2014

Boyhood (2014)



Hay momentos en la vida que son innolvidables, momentos que nos marcan y que juegan un papel importante en nuestro futuro, quizá de esas etapas que tenemos como seres humanos hay una en especial que siempre añoraremos y esa es la etapa que va desde la niñez, pasando por la adolescencia hacia la adultez, y de esos grandes cambios que sufrimos durante esa etapa se han escrito muchos libros y filmados muchas películas pero quizá nunca con la misma pasión, honestidad y valentía como Boyhood de ese interesante director que es Richard Linklater.

Tal vez sí, el gimmick que usó el director (eso de estar filmada a lo largo de 12 años (2002-2013) pero en solo 39 días de rodaje) le da cierta ventaja sobre otras películas, pero no es algo que está simplemente por el hecho de estar, sino algo que va de la mano con la historia, el desarrollo y el estilo narrativo que nos plantea el director en esta cinta. Esta es la historia de Mason (Ellar Coltrane) desde los seis años y durante una década poblada de cambios: mudanzas y controversias, relaciones que se tambalean, bodas, diferentes colegios, primeros amores, también desilusiones, momentos maravillosos, de miedo y de una constante mezcla de desgarro y sorpresa. En pocas palabras es la historia de la vida de muchas personas, y por lo cual es más fácil sentirse identificado que con cualquier otra cinta de similar planteamiento.



Lo que nos plantea Richard Linklater no es más que un espejo, un espejo en donde nos vemos fielmente reflejados y en el que más de uno, en muchas de las etapas por la que atraviesa, Mason, el protagonista de la cinta, se va a sentir aludido, su historia no solamente es su historia sino la historia de muchas personas, y de la vida, que se ve afectada por los cambios que pasan a su alrededor, ya sean familiares o personales. Sumado a todo esto, Boyhood es la historia de una década, diez años de historia que se ven escena tras escena con ayuda de los diferentes sucesos que marcan una vida, por ejemplo, la historia abre con la hermosa canción Yellow de Coldplay, justo con la canción con la que la banda empezaba a despejar, también vemos a la hermana de Mason, Samatha, interpretada por Lorelei Linklater (hija del director) coreografiar uno de los hits de Britney Spears, así también vemos a un Mason atrapado por la magia de Dragon Ball Z, y un Estados Unidos a punto de salir de la presidencia de Bush y la inclinación de los hermanos (gracias a loa influencia de su padre) hacía la candidatura de Barack Obama, estos detalles y muchos otros más enriquecen de una manera extraordinaria la épica película de Linklater.

Una que imagine presenciar en el cine el crecimiento de los actores en "tiempo real", y es que ver a Ellar Coltrane (Mason) crecer no solo fisica sino emocionalmente fue algo bastante mágico, un aspecto único que sin duda es el punto más fuerte de esta película, su personaje no sólo evoluciona a nivel físico, pasando por las diferentes etapas por las que pasan los adolescentes, sino también a nivel mental y psicologico debido a los hechos de su vida; el regreso de su padre, luego de años sin haberlo visto, el matrimonio de su madre, violencia intrafamiliar, separación, bullying, enamoramiento, desenamoramiento, nuevas bodas, compromisos y responsabilidades, todo eso y mucho más moldea de una forma al personaje de Mason, y lo mejor es que somos testigos de como va cambiando su vida y la forma en como ve las cosas. Sumado esto también vemos el paso del tiempo en los padres de Mason, Ethan Hawke y Patricia Arquette, está última teniendo muchos cambios físicos significativos, y es que no es lo mismo ver a un actor envejecido por el maquillaje o por la magia del cine, que presenciar los cambios reales que tienen a través del tiempo, y en más de diez años pasan muchas cosas.

Boyhood sin dudas es el proyecto más ambicioso y pretencioso de Richard Linklater del cual sale muy bien librado, el director y también guionista encontró la forma perfecta de narrar la juventud de una persona, nunca antes me había visto reflejado gran parte de mi niñez y adolescencia en una película como lo fue en ésta, si bien la historia no tiene nada fuera de lo común y es la más normal del mundo es esa normalidad la que la hace fabulosa, sin artificios y ni agregados nos cuenta una historia real, que pasa de lo claros a los oscuros, como la vida misma. Es una epopeya no solamente sobre Mason sino sobre todos nosotros.

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